En esta entrada voi a hablar sobre un día de instituto especial, un día distinto a todos los demas, el día de Superman.
Todo empezó con una idea de nuestro profesor de filosofía. La idea de ir disfrazados al instituto durante todo un día y la cosa no acaba ahí, no iríamos todos disfrazados a la vez eso sería demasiado fácil, iríamos uno de cada curso al día, solo uno. Fue un mes entretenido, nunca sabías quien te ibas a encontrar, desde un bebe con coletas super contento saltando por los pasillos hasta un gordo papa noel con reno incluido.
El objetivo de este experimento era muy sencillo, sentirnos diferentes, observados, juzgados y sobre todo plantarle cara al miedo.
Ese 21 de noviembre de 2013 me levante como cualquier otro día, hasta que vi mi disfraz preparado en la silla y recordé lo que estaba a punto de hacer, me entró un cosquilleo por el estómago y unas ganas enormes de ponerme cualquier otra cosa de mi armario pero retuve ese deseo y empezé a ponerme el disfraz, pantalones,zapatos, la indispensable camiseta de Superman, una camisa y finalmente la chaqueta. Al terminar y mirarme en el espejo, después de reírme un poco de mí, me empecé a sentir cómodo y tranquilo.
A medida que iba llegando con el coche al instituto los nervios volvían pero a la vez tenía ganas de llegar y bajar del coche, la espera fue horrible. Al fin llegé, bajé del coche y con una sonrisa cruce la calle. Notaba como me miraban y en un principio no entiendo muy bien porque eso me producía risa.
Ya en clase, después de las bromas y risas de mis amigos tocaba concentrarse, pero sinceramente me fue imposible, no podía evitar que mi mente se fuera de un lado a otro, desde convertirme en mi personaje y volar por los cielos, hasta cosas totalmente diferentes como la pregunta de que habría para comer esa tarde.
En los recreos de vez en cuando me daba una vuelta por ahí para mostrarme al mundo y ver la reacción de la gente, algunos se sorprendían, otros hacían bromas y unos pocos ni sabían de que iba disfrazado aunque no fuera tan difícil. Llegó un momento que me olvidé del disfraz y me comporté como lo hacía normalmente, con el paso del tiempo iba perdiendo importancia y transformándose en una cosa normal. Lo mejor del día sin lugar a dudas fue el trayecto de vuelta a casa, la gente me miraba y se quedaba con cara extrañada mientras yo intentaba mantenerme serio pero en el interior me estaba riendo a carcajadas, también es normal no se ve a Superman todos los días por la calle.
Esta experiencia me ha demostrado una vez mas que no importa lo que la gente piense de ti, solo importa lo que tu pienses de ti mismo. Sobre todo me ha demostrado que el miedo a la humillación no sirve para nada, es solo un impedimento, un lastre innecesario y si lo vencemos podemos conseguir grandes cosas.Y me a demostrado una cosa mas, me encanta disfrazarme.
Guau, la verdad es que me ha gustado mucho la entrada, he de decir que yo tembien hice la experiencia y recuerdo que no pase tanto nerviosismo y estoy totalmente de acuerdo con lo que te ha demostrado la experiencia porque a ami me enseño lo mismo, es mas si se me diese la oportunidad la volveria a repetir
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