Reacciona, Capítulo 5
<<Esto es poca cosa, una simple perturbación financiera>>
Desde un primer momento, los dirigentes y responsables políticos y económicos trataron de restarle importancia a la crisis que se nos venía encima.
Cuando se empezó a mostrar la verdadera situación de la banca hipotecaria estadounidense, altos cargos del FMI seguían diciendo que la economía mundial seguía estando en una situación favorable y que iba a seguir así.
El Banco de España también compartía estas opiniones, ya que en el informe anual de 2007, se refería a lo ocurrido durante ese año como una simple inestabilidad financiera.
Los banqueros centrales no hacían un análisis realista de la situación, ya que sólo leían lo que les daba la razón.
Lo que nos intenta hacer ver esta parte del capítulo, es que se trató a los economistas más reputados como ignorantes a los que no había que echarles cuenta, mientras que los funcionarios mejor pagados eran los que llevaban realmente la razón.
<<Nadie pudo prever a crisis, se nos echó encima de repente>>
Muchos economistas previeron la situación que se acercaba ya que no era ningún caso aislado. Desde 1945 hasta 1970, las crisis que hubo podían contarse con los dedos de una mano debido al control de capitales y al predominio del capitalismo basado en la producción de bienes y servicios. Desde que se eliminó ese control y se es dio plena libertad a los movimientos de capital, ha habido en total 117 crisis bancarias en 93 países, y 117 casos de estrés financiero en otros 17.
Cuando los economistas avisaron de la posible existencia de dicha crisis, las autoridades solo se dignaron a cruzarse de brazos y no hicieron nada, ya que sólo buscaban servir a las grandes empresas que querían cada vez más libertad y menos control. Es decir, que lo que estas empresas buscaban era que las autoridades mirasen hacia otro lado.
<<Estamos decididos a alcanzar las reformas necesarias en los sistemas financieros mundiales>>
En la primera cumbre del G20 se dijo que las instituciones financieras tendrían que hacerse cargo en la situación de por aquel entonces, pero un año después el propio Fondo Monetario reconocía que la mitad de las pérdidas de los bancos no habían aflorado.
En vez de dejar quebrar a los bancos por su error, se decidió rescatarlos dándoles millones de euros a los irresponsables que nos habían llevado a esta situación. Es decir, aquella cumbre fue una farsa. Hicieron todo lo contrario de lo que dijeron, en vez de hacer lo que debían hacer, acabaron trabajando para los bancos, haciendo que hoy día todo siga igual.
<<Hay que salvar a los bancos>>
Al principio, las hipotecas eran un negocio seguro que aportaba grandes beneficios, pero más tarde esto cambió, ya que se llegaron a colocar en el mercado millones de hipotecas las cuales las personas dejarían de poder pagarlas al empeorar su situación.
Sin embargo, las autoridades cedieron y salvaron a los bancos, aquellos que provocaron nuestra actual situación: les proporcionaron miles de millones de euros para resolver su “problemilla” de liquidez para que así pudieran volver a poder prestar créditos a empresas y demás, en vez de emplearlo para crear empleo y actividad, lo que hizo que miles de empresas tuvieran que cerrar aumentando el desempleo.
<<Para salir de la crisis y crear empleo hay que reformar el mercado de trabajo, limitar e gasto público y reformar las pensiones>>
Todo mentira. Lo que realmente habría que hacer era aumentar el gasto, ya que casi siempre habíamos tenido un alto exceso, aún estando 20 puntos por debajo de el resto de los países.
Reformaron el mercado de trabajo beneficiando la demanda de las empresas, haciendo que los gastos de contratación y de despidos fuesen mucho más baratos, perjudicando únicamente a los trabajadores.
A su vez, expusieron que había que reducir las pensiones con la excusa de que en el año 2050, habría más pensionistas que trabajadores para mantener el país, por lo que habría que recortar en gastos. En vez de crear puestos de trabajo para mantener el país, lo que hicieron fue tomar el camino fácil y recortar en las pensiones.
Se merecen que les digamos ¡Basta¡